jueves, 24 de enero de 2013

El cuentito de príncipe

Había una vez unas extrañas hermanitas: se llamaban Ira, Rabia, Furia, Dolor, Frustración, Coraje y Venganza, las 7 eran de rojos cabellos y largos dedos, blancos dientes y ojos profundos, tenían una extraña belleza que las hacía muy atractivas, sin embargo a pesar de ser perseguidas por muchos nunca nadie pasaba demasiado tiempo en sus brazos, constantemente eran tomadas y brutalmente poseídas, pero al cabo de unos instantes eran abandonadas y sus antes amantes viajaban a los brazos de sus 7 primas, todas rubias, divinas y encantadoras: Perdón, Belleza, Justicia, Bondad, Nobleza, Paciencia y Compañía, nadie entendía por que cada vez las pelirrojas hermanitas eran más radiantes y bellas, sin embargo no había amante que les fuera fiel, todos ansiaban pasar por sus brazos, en especial cuando viajaban en sus autos, se atrasaban en llegar a algún lugar, alguien les robaba un puesto, o los papás les hacían alguna pregunta necia, o se daban cuenta que los habían estado engañando y burlándose de ellos, o les negaban algún capricho material o sexual, siempre en casos como este todos corrían a los brazos de las pelirrojas hermanitas pero jamás se quedaban a su lado y eso las hacía crecer.
Un día el primo Respeto experto en química, cansado de ver sufrir a las primas pelirrojas y de ver a las primas rubias regodearse en su éxito, decidió reunir a sus 14 primas en su casa, las invitó a pasar a su habitación las sentó una frente a otra con el siguiente orden:
Ira-Perdón,
Rabia-Justicia
Furia-Bondad
Dolor-Frustración
Coraje-Venganza
Belleza-Nobleza
Paciencia-Compañía
Entonces Respeto se las comió en delicados bocados una a una, tomando suavemente pequeños pedazos y masticándolo cada uno con sumo cuidado, cuando terminó el último bocado se recostó a dormir satisfecho y tuvo un largo, plácido y profundo sueño.
Al despertar se dió cuenta que había quedado huérfano de primas, pero que ahora con todas dentro de sí, desaparecían los nombres y se formaba uno solo

Mamá

Perdí a mi madre hace dos años, viviendo lejos de ella hace 6 en ese entonces, sin embargo aunque fue una despedida muy abrupta, violenta e inesperada, estoy en completa paz con ella, por que sé que ella estaba orgullosa de mí, absolutamente, por que cada milímetro de lo que soy, de lo que siento de lo que digo y de lo pienso soy la escencia eterna y pura de mi madre, aunque tenga los ojos y la nariz de mi papá y las piernas de mi abuela materna y las caderas de mi abuela paterna tengo su piel y sus hermosas canas que no pretendo cubrir y tengo todo lo que le aprendí. Todos los días, a cada momento en cada acción, en cada gesto en cada palabra en cada chiste en cada platillo que cocino está presente mi mamá, infinita y fuertemente presente, por que es la herencia mas fuerte e infinita que pude recibir, mi madre fué una mujer hermosa, sonriente y absolutamente pura, ella nunca, jamás, dijo te voy a enseñar esto o aprende esto de mí, pero hizo todo siempre tan bien y con tanto amor que no había forma de no aprenderle. El cáncer pensó que arrebataba a mi madre, pero ella siempre fué de ella y siempre me enseñó a amarme y a sentirme hermosa, inteligente y sobre todo, como ella lo dijo mucha veces, me educó para ser feliz y bajo esa enseñanza tan hermosa que me acompañará toda la vida, me iré, cuando sea el momento a acompañarla y ser aún más felices juntas. Te amo mamá, nos veremos pronto, cuando sea el momento...